Los dos médicos, dos enfermeros, el celador y el residente que habitualmente conforman el turno de guardia en el centro de salud Nuestra Señora de la Paz de San Juan Aznalfarache viven noche tras noche con «miedo» a que suceda algo grave ante los incesantes episodios de violencia verbal al que se ven sometidos por los usuarios de este ambulatorio. Este panorama les lleva a reiterar su reclamación de un vigilante de seguridad 24 horas en dichas instalaciones.
Algunos médicos del más de medio centenar de profesionales que componen la plantilla de este centro de salud se han puesto en contacto con ABC y han recordado que ya han dado traslado de esta situación de inseguridad a la Delegación Territorial de Salud y a su distrito sanitario, pero no han recibido respuesta alguna.
Las agresiones verbales se repiten a diario. «Se ha pasado de los aplausos», en referencia a las muestras de gratitud a los sanitarios durante el coronavirus, «a los insultos», lamentan.
Entre la Esquina del Gato y la comisaría
Es frecuente que el centro de salud, cerca de la Esquina del Gato, una zona de San Juan muy deteriorada y castigada por el tráfico de drogas, sea lugar de altercados entre sanitarios y usuarios, quienes proliferan insultos y amenazas contra los médicos. El último episodio fue la tarde del miércoles. Pero el más grave se produjo días antes y de madrugada.
Una doctora, una enfermera y una celadora tuvieron que ceder al chantaje de un toxicómano habitual y recetarle lo que quería para evitar más problemas después de protagonizar otro episodio de violencia verbal. Fue necesaria la presencia de la Policía Nacional, cuya comisaría está cerca.
Los sanitarios, ante el miedo a represalias y cansados de la situación, ya ni denuncian, por lo que estos delincuentes vuelven a sus andadas. De hecho, este individuo no dejó de deambular por los alrededores del centro de salud toda la madrugada. Por fortuna, los agentes no dejaron de patrullar por la zona.
«Tiene que suceder una desgracia para contar con un vigilante de seguridad», advierten. No descartan evidenciar este panorama con alguna protesta, aunque se muestran resignados. «Todos los centros de salud conflictivos tienen seguridad», añaden a este respecto. Y aseguran que el de San Juan, que lleva esperando una ampliación desde hace un año, lo es.
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