viernes, 9 de julio de 2021

Miedo en la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba

Este es el testimonio de la experiencia que Ángela Ruiz tuvo una veraniega tarde en la vieja Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba. Al amparo de los muros y siglos de historia, el recinto estudiantil guarda celosamente secretos de otros mundos, secretos no desvelados que, ocasionalmente, se manifiestan.

«No sé cómo describirlo. Estaba en uno de los pasillos, la tarde estaba muy tranquila, es más, no escuchaba ni a un pájaro. Me extrañó. Entonces me entró frío, era una sensación rara porque estaba bien, además hacía hasta un poco de calor, pero me llegó aquella bocanada de frío y me dejó cortada. Al final del pasillo vi a un hombre que caminaba con dificultad, no sabía quién era o qué podía estar haciendo allí, nunca lo había visto. Además vestía de forma extraña, era como un pijama o algo a juego, el hombre seguía caminando hacia mí, cuando lo tuve más cerca quedé horrorizada. Tenía la cara picada como de viruela y media cara casi desfigurada, cojeaba de una pierna, casi la arrastraba y, entonces, a unos cinco o seis metros de mí, desapareció...»


En la vieja facultad aún se puede contemplar cómo en sus aulas perviven los raíles por donde se llevaban las camillas hacia la morgue. Si observamos atentamente veremos que en este recinto hay todo un mundo de detalles por descubrir: en las ventanas y marcos de éstas encontramos un libro de señales de aquellos que tuvieron el infortunio de estar ingresados en el viejo hospital, porque la Facultad de Filosofía y Letras fue en otros tiempos un centro dedicado a labores sanitarias y su perpetuo recuerdo ha quedado grabado en los enseres más cotidianos.

Como hemos comentado, el edificio fue otrora el denominado Hospital de Agudos, aunque en sus orígenes arquitectónicos no fue concebido como tal. Fue a comienzos del siglo XVIII, en 1701, cuando el Cardenal Fray Pedro de Salazar y Toledo, miembro de la Orden de la Merced, adquirió el edificio –por aquel entonces una bella casa solariega- a don Antonio Carlos del Corral. Aquella bella casa estaba ubicada frente al convento de San Pedro de Alcántara y su fin era la edificación de un colegio para los niños del Coro de la Catedral y los acólitos.

Sin perder tiempo se comenzó a edificar aquel centro destinado a la enseñanza pero las obras pronto debieron detenerse, la razón fue una dura epidemia de peste en la ciudad, la «muerte negra» atacaba cada rincón de la capital y se contaban por miles los fallecidos en la epidemia. Aquella dura prueba manifestó a su vez las carencias sanitarias de la ciudad y de instituciones sanitarias donde atender a los enfermos. Los validos de la ciudad reunidos en cabildo –tanto municipal como eclesiástico- solicitaron al Prelado Salazar y Toledo que renunciara a la construcción del edificio como colegio y que lo destinara al piadoso fin sanitario de asistir a los enfermos de la epidemia que asolaba a la ciudad. Como hombre de fe aceptó aquella piadosa propuesta y se dotó al nuevo hospital de numerosas rentas constituyéndose como uno de los mejores centros hospitalarios de la época.

Tan sólo dos años después fallecería el Cardenal Salazar y Toledo, prosiguiendo las obras y el proyecto el Deán de la Catedral, don Pedro Salazar y Góngora, que era sobrino del Cardenal y su heredero. En 1738, don Pedro Salazar y Góngora sería nombrado obispo de Córdoba.

Inauguración del edificio

Un 11 de noviembre de 1724 se inauguró aquel magnífico hospital. Su funcionamiento como tal prosiguió hasta finales del siglo XX siendo reformado en el siglo XIX y en la década de los 50 del pasado siglo. En 1971 pasó a ser colegio universitario, dependiendo directamente de la Universidad de Sevilla y en dos años se integró en la recién creada Universidad de Córdoba como una de sus facultades más representativas.

Durante todos estos años han sido muchos los relatos y testimonios que nos han llegado del viejo hospital y de sus apariciones espectrales. Juan Garrido es otro de esas personas que atesoran una de esas espeluznantes experiencias: «Era invierno, hacía mucho frío, yo cuidaba el edificio. Era finales de los 60, en 1968, el 16 de noviembre, llovía a mares y no podía menos que mirar al cielo y preguntarme cuando iba a dejar de llover. Me llamó la atención una campana que sonó al final del pasillo. Era imposible porque en el edificio no había campanas, además era como una campanilla de estas con las que se llamaba para asistir antiguamente. Me quedé mirando y vi a lo lejos como una linterna, una luz lejana que cambiaba... Se fue acercando y me quedé helado, pasó a unos diez metros de mí, era una mujer vestida como con hábitos y que llevaba en su mano un candelabro con una vela, llevaba prisa e iba en dirección a una de las aulas de aquella ala... Me quedé helado porque a la hora que era, serían las once y media de la noche, yo sabía que estaba solo allí y que aquella mujer no era de aquí, pero de aquí de nuestro mundo... Aquello era una aparición, un fantasma, fue horroroso. Pasé mucho miedo».

Dentro de sus muros, desde siempre, se ha tenido la creencia de la existencia de almas en penas que vagan por los pasillos del centro, de espectros de otras épocas o apariciones fantasmales que dejaron sus vidas siendo víctimas de las epidemias que asolaron a la ciudad en siglos pasados. Hoy todos ellos, todos esos seres desencarnados parecen, a decir de los testigos y sus testimonios, manifestarse en su interior para asombro de aquellos que son testigos del prodigio, testigos de lo imposible.

Uno de los autores de esta 'Córdoba Misteriosa', que hoy lee mientras pasea por nuestra bella cuidad tuvo la oportunidad de vivir durante unos años a muy pocos metros de este bello edificio, Francisco José Bermúdez cuenta su experiencia e investigaciones así: «Fueron muchas las visitas que realice indagando entre estudiantes, profesorado y demás trabajadores de la facultad, intentando buscar pistas que me llevaran a pruebas más concluyentes y que no quedara todo en meras leyendas. Aunque el interior del edificio guarda una belleza arquitectónica digna de mención, he de reconocer que caminar sin más compañía que mi propia sombra por alguno de sus pasillos largos, oscuros y tenebrosos, hacía que se mi corazón latiera a un ritmo acelerado. ¿Sugestión? Tal vez, lo cierto es que algo raro escuché...»

Más testimonios

Un nuevo testimonio se acumula entre las experiencias que los diferentes testigos han vivido en el interior de esta Facultad de Filosofía y Letras, preservamos su anonimato y lo llamamos Juan López, una persona que no tomaba en serio las experiencias paranormales y no creía en ellas, no creía en ellas hasta que esa diosa llamada Fortuna lo tocó con sus inescrutables dedos y le hizo vivir una de ellas: «Una noche estaba haciendo mi ronda cuando comencé a escuchar fuertes ruidos en la segunda planta... Me inquietó porque sabía que allí arriba no había nadie. Subí rápidamente y pude ver perfectamente a un niño pequeño, de unos seis años, que salía de una clase corriendo pasillo arriba... No me lo podía creer. Si lo que vi hubiera sido una persona adulta, o un alumno, o yo que sé, alguien de más edad, podría comprenderlo porque está dentro del contexto. No sería la primera vez que dentro de mi trabajo sorprendemos a alguien que quiere robar. ¡Pero un niño! ¡A esas horas! ¡Y así vestido! Con aquellas ropas tan antiguas, tan fuera de tiempo... Mira, se me pone la carne de gallina y no dejo de sentir temblores y escalofríos... Me acuerdo de aquello y todavía tiemblo. Desde entonces no he podido volver a entrar en ese sitio».

Otros compañeros que realizan labores de vigilancia nocturna en el centro también han sido participes y testigos de extraños sucesos en el interior del edificio. «Las cosas raras son variadas, van desde sentir que te llaman, o sentir como detrás tuya hay alguien y te mira, darte la vuelta con más miedo que onces viejas y ver que no hay nada. También hay anomalías eléctricas, las luces no dejan de encenderse y apagarse cuando pasamos y salimos y entramos de las aulas, es muy extraño y da miedo. Otros compañeros han visto una sombra pasearse por la planta de arriba o a un niño con vestido de otra época. Incluso un compañeros ha llegado a ver a una persona que tosía en la planta alta, con muy mal aspecto, parecía un enfermo de un hospital y este lugar hace tiempo que no es un hospital...», nos comentaba otros de los vigilantes nocturnos del centro. «En cierta ocasión salía del servicio y las luces comenzaron a encenderse y apagarse, sentí mucho frío tras de mí, me giré y vi como una silueta, como una sombra extraña que pasaba a unos tres o cuatro metros en dirección a las escaleras. Envié un SMS a 'Milenio3' y llegaron a comentar algo en antena pero lo que quiera que esté aquí entre nosotros aún nos acompaña y muchas noches nos da sustos de muerte. Hay sitios por los que no pasamos al hacer la ronda, porque sabemos que allí nos puede pasar algo para lo que no estamos preparados y que no es de este mundo...»

Otro de los compañeros de nuestro testigo recuerda una extraña experiencia que le sucedió: «Llevaba un perro y haciendo la ronda por la última planta llegó un momento en el que el perro no quería seguir andando... Estaba muy inquieto, lloriqueaba no quería avanzar. El ambiente se volvió muy frío, y se comenzaron a escuchar unos susurros que daban mucho miedo, nos llamaban, nos llamaban con voz de ultratumba, susurrante, de muerte... El perro me obligó, tirando fuertemente de la correa, a que nos diéramos media vuelta y saliéramos de allí lo más rápidamente posible».

Miedo

Hoy no hay vigilantes de seguridad en el edificio, hay una ronda realizada por personas pero la principal vigilancia se ha encomendado a las frías máquinas y a la tecnología, sin dudas menos impresionables y sugestionable: vigilancia por cámaras de seguridad.

El personal de limpieza también ha tenido desagradables encuentros con lo paranormal, con lo extraño... No pocas limpiadores se han quejado de que cuando entran en determinadas estancias del edificio hay algo que hace fuerza al otro lado y forcejea porque nadie entre. Cuando la limpiadora logra entrar en el aula nota con pavor que no hay nadie que pudiera haber forcejeado con ella, la habitación está sola y sólo mesas y sillas son el mudo testigo, nuevamente, de un hecho tan sorprendente como inexplicable. En otras ocasiones, mientras caminan por los pasillos, las luces tras ellas se van encendiendo o apagando como si quisiera iluminar su camino o sembrar de temor apagándoles las luces, un macabro juego de algo que mora entre sus paredes, un incómodo acompañante que con su gélido aliento e invisibles manos se divierte burlándose de aquel que sólo quiere realizar su trabajo y olvidar estas duras experiencias, o simplemente «rezar mientras limpio para que no me pase nada ni se me aparezca nada. Hasta que no acabo de salir de la facultad no dejo de rezar, lo paso fatal porque hay compañeras que me han contado llorando lo que les ha pasado y sé que es verdad. Ojalá Dios quiera que nunca me pase nada de eso a mí».

Se han realizado investigaciones en el interior del recinto académico, se han acumulado testimonios de asustados testigos que entre sollozos no pueden ni explicar lo que han vivido y darle una explicación coherente y racional. «¿Cómo explicar la visión de un ser traslúcido que pasea ante ti en la noche y sabes que no pertenece a este mundo?», preguntaba uno de nuestros anteriores testigos. Fue el licenciado en Física José Luis Márquez quién registró con su grabadora en repetidas ocasiones las llamadas psicofonías, las voces del más allá, las voces del misterio... El investigador constató que aquellas voces pedían ayuda, ayuda tal vez para salir del mundo de las sombras y ascender a la luz, ayuda para tomar el camino al descanso de las almas atormentadas o ayuda para dejar de vagar por los pasillos de la facultad y llevar una existencia en paz por toda la eternidad, ¿quién sabe? Sin dudas las experiencias psicofónicas de José Luis Márquez marcan un antes y un después en los hechos paranormales que se viven en el viejo hospital, en la encantada facultad de Filosofía y Letras de Córdoba.

Si alguna vez pasea por sus estancias, observa las viejas firmas, iniciales y rúbricas en las ventanas, grabadas y con el paso imperturbable del tiempo en esas heridas del alma, nota un sonido metálico, como de rodar, apresúrese y vea si se encuentra cerca de ese aula que mantiene vivo el recuerdo del pasado manteniendo los raíles que conducían los cuerpos sin vida a la morgue... Si está en esta habitación y nota una bocanada de frío, un susurro, una mirada, simplemente rece y sepa que lo paranormal existe, tal vez se encuentre ante ello en pocos segundos.

Denuncia a ‘Sureste Seguridad’ por “okupar” sus instalaciones y no tener licencia de apertura ni de actividad

La empresa ha interpuesto ante el Juzgado de Primera Instancia una demanda de “desahucio por precario” y otra por un supuesto delito de apropiación indebida ante la Policía Nacional después de que extrajeran muebles de su propiedad


La dueña de las instalaciones de la empresa de limpieza LISA Melilla SL, Fernanda Cruz Rosa, denuncia que ‘Sureste Seguridad’, la segunda empresa que opta al servicio de seguridad de la Ciudad Autónoma, está de “okupa” en las instalaciones que pone a disposición de la CAM y que tienen como “delegación de seguridad”, aunque llevan tres meses y medio sin licencia de apertura. “En 2019 les dijeron de clausurar el local porque no reunía las condiciones. Haciendo caso omiso a la Administración, a día de hoy, aparte de estar de okupas no disponen de licencia de apertura”, cuenta Cruz, quien asegura que la empresa no quiere abandonar las instalaciones porque si lo hacen no puede optar al contrato de seguridad de la CAM. Además, Cruz denuncia que les están robando parte de su mobiliario.

La empresa de limpieza ‘LISA Melilla SL’ denuncia que la empresa de seguridad privada ‘Sureste Seguridad’ se encuentra de “okupa” en sus instalaciones, las cuales pone a disposición de la Ciudad Autónoma y que tienen como “delegación de seguridad”. Fernanda Cruz Rosa, dueña de las instalaciones, asegura que   esta empresa no tiene delegación de seguridad porque están “literalmente de okupas”, y afirma que ha interpuesto una demanda de “desahucio por precario” ante el Juzgado de Primera Instancia, y una denuncia ante la Policía Nacional por un supuesto delito de apropiación indebida, ya que, según ella, también extraen muebles propiedad de la empresa.

“No se le puede adjudicar un servicio a una empresa que está de okupa en unas instalaciones. Además, tengo unas fotografías inauditas de unos vigilantes de seguridad descargando muebles de mi empresa con un servicio itinerante oficial de la Ciudad Autónoma de Melilla”, denuncia Cruz, quien confiesa que “no se esperaba” que esta empresa de seguridad se llevara los muebles de su empresa utilizando a los vigilantes y paralizando un servicio de seguridad. “No daba crédito”, se indigna Cruz Rosa, quien subraya la imposibilidad de que la empresa abandone las instalaciones. “Se lo he dicho en tres ocasiones, se lo ha notificado a la empresa, pero como hacían caso omiso he ido al Juzgado para que les hagan un desahucio por precario y les obliguen a que dejen las instalaciones. No me han dejado otra vía”, remata.

Asimismo, Cruz critica que esta empresa lleva tres años y medio ejerciendo su actividad sin tener licencia de apertura. “¿Nadie se pasa a cerrarles las instalaciones?”, se pregunta, confirmando que ha puesto en conocimiento de la Administración sobre las acciones de Grupo Sureste. “¿Cómo usan a un servicio oficial discontinuo, a vigilantes uniformados, para trasladar unos muebles que no son de su propiedad? Tengo pruebas de que esos muebles son míos y no me han dejado sacar fotos de allí”, afirma con rotundidad Cruz, la cual se siente “impotente” ante una situación en la que ni siquiera le han dado una explicación de por qué actúan de esa manera.

Denuncias anteriores

La propietaria de LISA Melilla SL recuerda que Sureste Seguridad fue denunciada en su día cuando gobernaba el PP porque no cumplían el contrato de la Ciudad Autónoma. “La Administración se vio obligada a sancionarles y le abrieron un expediente, pero no dejan de cesar. Hay un montón de denuncias en los juzgados, en inspección de trabajos, etc.”, cuenta Cruz, quien asegura que esta empresa tiene problemas hasta en Málaga, donde, según explica, harán una huelga “en breve”, por, entre otras cosas, no pagar a los trabajadores. Por otro lado, Cruz asegura que el pasado 30 de junio la Policía Local se personó en las instalaciones  para notificarle a dicha empresa la clausura del local porque no “reúne las condiciones técnicas necesarias”. “El pliego de prescripciones técnicas que rige el contrato de seguridad de la CAM, que exige tener una delegación de seguridad bajo el reglamento de seguridad privada y licencia de apertura de esa delegación. Eso lo exige desde hace tres años y medio y no lo han hecho”, denuncia.

jueves, 8 de julio de 2021

El aeropuerto cierra por un conflicto laboral con su seguridad privada

La falta de acuerdo entre la empresa gestora de la infraestructura y la que coordina su seguridad ha provocado esta decisión, que se mantendrá hasta que haya una solución


El aeropuerto de Ciudad Real ha cerrado su espacio aéreo debido a un conflicto laboral entre la empresa gestora de la infraestructura, Ciudad Real International Airport (CRIA), y la que se encarga de su seguridad privada (Asegura Control). La falta de acuerdo entre ambas partes ha provocado esta decisión que se mantendrá hasta que se llegue a un acuerdo. Según de fuentes de la empresa de seguridad, de momento hay “una pequeña dificultad” entre el aeropuerto y esta compañía, aunque “aún estamos en plazo de que se pueda resolver”.

Asegura Control indica que el conflicto procede “de un problema real de deuda” y que CRIA es conocedor de esta reclamación desde hace meses, “estando todo perfectamente documentado y notificado desde primeros del mes de junio”. Por tanto, se le está requiriendo al propietario del aeropuerto “para que cumpla con las condiciones de pago establecidas en el contrato que hay entre las partes".

A esta situación se ha referido hoy el Gobierno de Castilla-La Mancha. Su portavoz, Blanca Fernández, ha afirmado que al Ejecutivo no le gusta la situación y confía en que pueda resolverse. Ha dicho desconocer si la empresa gestora solicitará ayudas públicas para continuar la actividad del aeropuerto, pero si así lo hace, se otorgarán si cumple los requisitos para ello.

“Esperamos que vaya bien y que alcancen un acuerdo”, ha remarcado. “Todas las empresas lo están pasando mal y para la provincia de Ciudad Real es muy importante esta infraestructura desde punto de vista objetivo, pero también supone un chute de autoestima y por eso desearía que resolvieran sus problemas. Pero es una situación interna de desencuentro entre dos empresas privadas y ahí el Gobierno no puede intervenir”, ha concluido.

Un joven de 23 años deja inconsciente a una vigilante en Tarragona

Una vigilante de seguridad de la estación de Renfe de Tarragona ha sido agredida este martes al mediodía, en torno a las 13.23 horas, por una persona que posteriormente ha podido ser detenida porque todavía se encontraba en las instalaciones ferroviarias.


Una patrulla de paisano de los Mossos d'Esquadra habría accedido a la estación y se habría encontrado con la vigilante convulsionando en el suelo después de ser agredida.
 
Inmediatamente ha sido requerida una patrulla de la Guardia Urbana que ha acudido y ha podido detener al agresor, que todavía estaba en las instalaciones.

Se desconoce qué ha originado la agresión, que ha comportado el traslado por parte de los Servicios de Emergencias de la vigilante hacia el Hospital de Santa Tecla. En el momento de ser atendida por el SEM el pronóstico era de herida menos grave.


miércoles, 7 de julio de 2021

Un menor arranca los ojos a un vigilante de seguridad

Brutal agresión contra un vigilante de seguridad en el hotel Estival El Dorado, en la calle de Doppler de Cambrils, esta madrugada. Los hechos han pasado este martes cuando un joven de 17 años, de nacionalidad española, ha agredido a cuatro personas y ha herido gravemente a uno de los vigilantes de seguridad del recinto. Según han explicado fuentes policiales, el joven le ha arrancado los ojos.


Además del vigilante de seguridad del hotel de 4 estrellas también han resultado heridos la madre del joven, una amiga de la madre y un cliente del hotel, que también ha recibido golpes del joven.
 
Todo parece indicar que el menor ha sufrido un brote que es lo que puede haber provocado las graves agresiones. El chico ha sido detenido por la policía catalana.

El menor ha atacado a la madre y después al vigilante

El enfrentamiento se ha iniciado con la familia, en la habitación 2360, cuando pasaban pocos minutos de la medianoche, cuando el chico ha agredido a la madre y a una amiga de esta, y han sido ellas las que han alertado al vigilante de seguridad, que es quien se ha llevado la peor parte.

Se trata de un hombre de 60 años que ha recibido varios golpes en la cara con las manos, patadas y también golpes con un objeto. Cuando han podido parar al menor de edad, el vigilante de seguridad ha sido trasladado grave al hospital Joan XXIII de Tarragona, donde ha quedado ingresado en la UCI.

Aunque todavía tiene que ser intervenido, puede ser que el hombre haya perdido la vista por la brutal paliza que ha recibido por parte del chico, que le ha llegado a arrancar los ojos. Según consta en el incidente policial, la policía ha encontrado los ojos del vigilante en el suelo.

El menor ha querido coger el arma de un cabo de los Mossos

En el momento de la llegada de la policía, con patrullas de la Policía Local de Cambrils y de los Mossos d'Esquadra, el joven seguía muy agresivo y también ha querido atacar a los agentes policiales. Un cabo ha recibido un golpe del menor e incluso le ha querido robar el arma reglamentaria.

Según ha informado la policía catalana, el menor ha sido trasladado esta mañana de Reus a un hospital de Barcelona, el Sant Joan de Déu, para estabilizarlo, dado que estaba alterado y agresivo y quedará bajo custodia policial a la espera de lo que determine la Fiscalía de Menores.

Cuarto episodio de ataques violentos del joven

Las agresiones que ha recibido el vigilante de seguridad son tan fuertes que la policía catalana acusa al joven de un delito de tentativa de homicidio. Según fuentes de los Mossos, el joven que ha sido detenido ya había sufrido cuatro episodios de esta violencia, en L'Hospitalet de Llobregat, pero no consta que sufra ninguna enfermedad mental.

martes, 6 de julio de 2021

Mohamed, el vigilante que salvó a un hombre de morir atragantado

Un hombre llega haciendo aspavientos, gestos de auxilio. Se asfixia. La primera persona a la que ve en el Centro de Salud de San Pedro de Alcántara es Mohamed Amezian El Harrak, el vigilante de seguridad encargado de los accesos y el aforo, que rápidamente entiende lo que está pasando. «Sin pensar», como luego recordará, lo coge del brazo y lo introduce en el edificio, dejando de lado todos los procesos de triaje. La cosa empeora, la adrenalina empieza a apoderarse del trabajador que, en cuestión de segundos, toma una decisión que bien valdrá una vida: hacer la maniobra de Heimlich.


Ocurrió el pasado día 21, a eso de las 13.30. El suceso duró menos de un minuto. Mohamed (33 años) explica a SUR que hizo la maniobra porque sentía que el tiempo jugaba en su contra, así que siguió el manual sin esperar a que llegase la ayuda. Primero, varias palmadas en la espalda, poniendo a la víctima ligeramente encorvada, en busca de que los pulmones hagan su trabajo. Acto seguido, con las vías respiratorias aún obstruidas, el vigilante agarró al hombre –unos 45 años y vestido con ropa de trabajo– por la espalda, lo rodeó con sus brazos y efectuó cinco compresiones abdominales, bajo el esternón, con el puño cerrado e inclinado hacia arriba. «Comenzó a toser y a respirar con dificultad». Llegó el alivio.

La primer enfermera en llegar observó la maniobra y se hizo cargo de la situación en cuanto Mohamed sintió que el aire llegaba a los pulmones del paciente, que expulsó algo de comida por la boca. La víctima fue introducida en la consulta de críticos, donde recibió la primera asistencia y fue derivado posteriormente al Hospital Costa del Sol. Fuentes hospitalarias confirman a SUR que le fue dada el alta hace pocos días, ya que tuvo que recibir tratamiento.

El vigilante, ya relajado, volvió a su puesto mientras se recuperaba de lo sucedido. La vida de un hombre había pasado por sus manos sin previo aviso, pero reconoce que «todo fluyó» de forma natural, «gracias a la formación» que ha recibido en estas materias.

Mohamed nació en Tánger. Su padre es natural de allí, su madre, ceutí. Nació en la ciudad marroquí pero al poco tiempo se mudaron a la ciudad autónoma. Con trece años ya estaba en la Costa del Sol, donde estudió y ha ido forjando su carrera. Antes de ser profesional de la seguridad, Mohamed ha hecho «un poco de todo», especialmente en el sector servicios. Ha sido recepcionista y ha tocado la mayoría de los palos de la hostelería, pero su sector actual (en el que lleva un año ejerciendo), es el que más le llama. «Aquí me veo con futuro, me gusta el trabajo».

Analizando la intervención, Mohamed cree que su experiencia como socorrista tuvo mucho que ver. «He tenido que asistir a un montón de gente durante los cuatro años que ejercí», explica. «Quieras o no, cuando te ves en una situación de este tipo, la experiencia ayuda a reaccionar rápido», apunta.

Un adolescente desfigura la cara de un vigilante

Un joven de 17 años, probablemente con una enfermedad mental, ha agredido esta madrugada de martes a cuatro personas en el hotel Estival El Dorado, situado en la calle Doppler número 1 de la villa marinera.


El más perjudicado de las agresiones sería un vigilante de seguridad, que ha recibido una severa paliza que lo ha dejado inconsciente y además con graves heridas en la cara, incluso algunas fuentes aseguran que podría haber perdido la vista. Las otras tres personas agredidas serían la madre y una amiga de la familia y otro cliente de este hotel de cuatro estrellas de Cambrils.

Los hechos han ocurrido al filo de la medianoche. el joven, muy alterado, habría golpeado a la madre. Según fuentes de la investigación este año cumple los 18 años, pero todavía no los tiene.

Ante la corpulencia y fuerza, la madre ha pedido ayuda y a la habitación, con el ruido de la pelea se ha personado una amiga de ella, que también ha sufrido el ataque del joven, que habría golpeado a una tercera persona hasta la llegada del vigilante de seguridad del complejo.

El hombre, de 62 años, ha sido el que más ha sufrido la agresividad del menor de edad, ya que según apuntan fuentes conocedoras del caso se ha ensañado con este trabajador hasta el punto de desfigurarle la cara y afectar a la vista.

Mossos y Policía Local han acudido a la emergencia y han intentado contener la situación. El joven ha continuado siendo agresivo e incluso ha intentado quitar sin éxito una de las armas de los agentes.

Con esfuerzo, se ha podido controlar y neutralizar al joven, mientras una ambulancia del SEM se llevaba al vigilante hasta el hospital Joan XXIII con pronóstico muy grave.

Detenido un argelino por amenazar a un vigilante y transeúntes en Parc de Ses Estacions

Detenido un joven de 19 años y nacionalidad argelina por amenazas a un vigilante de seguridad de la Estación Intermodal y transeúntes de la ...